martes, 25 de mayo de 2010

CARTA ABIERTA

A mis compañeros panistas:

A los padres y las madres de familia:

A mis paisanos veracruzanos en general:

A lo largo de mi carrera como político profesional, me han acusado de corrupto, de represor, me han dicho cínico y sinvergüenza, pero lo que más me ha dolido, porque es algo que me llega muy profundo, es cuando me dicen que soy un pederasta.

Hoy que aspiro a ser el gobernador de tu familia, el gobernador de tus hijos y de tus hijas, quiero decir mi verdad en torno a los hechos que se me imputan.
Soy un ser humano como cualquiera, con vicios y virtudes, pecador común, como lo somos la mayoría de los católicos.

Con mi esposa Lety sostengo una relación de pareja estándar, como los matrimonios que se consolidan con el paso de los años. Bebo ocasionalmente, nunca he asistido a una sesión de Alcohólicos Anónimos y tampoco es cierto que haya estado otra vez en Oceánica.

Todo lo que hago en mi vida me gusta hacerlo sobrio, en mis cinco sentidos. Tengo amigos por todos lados, muchos me brindan su afecto desde hace muchos años, y no tengo por qué negarlos.

La periodista Lidya Cacho me ha acusado de ser parte de una red de pedófilos en un libro intitulado “Los Demonios del Edén”. No la denuncié nunca porque no quiero pasar ante la opinión pública como un acosador de señoras.

Soy amigo de Jean Succar Kuri, como él lo ha declarado, pero nunca estuve con él en ilícitos que haya cometido, como eran las orgías con niños y niñas menores de edad que organizaba en sus propiedades ubicadas en Cancún, Quintana Roo.

Es cierto que visité muchas veces esa ciudad, que conviví con Succar Kuri, pero jamás pasó por mi mente cometer un delito en el cuerpo de una niña o de un niño. Además de que amo a mi esposa, mi moral es elevada y mis principios, firmes.

Soy incapaz de hacerle daño a una menor o a un chamaquito. No me lo perdonaría jamás y no podía dar la cara públicamente a nadie, menos a mi amigo, el Presidente Felipe Calderón, que me honra con su amistad y me ha apoyado durante todos estos años.

Mis adversarios van a decirte que lo que digo es falso, que soy un pederasta y que estoy involucrado con el narco sólo porque cuando yo era funcionario de seguridad se nos escapó El Chapo Guzmán. Eso fue sólo una coincidencia. Te ruego hagas caso omiso de todo eso y mires a tus hijos, y que descubras en esa mirada infantil inocente, lo que yo he descubierto siempre: que ellos son el futuro y que por ellos hay que hacer las cosas que se necesiten hacer.
Tu amigo
Miguel Ángel Yunes Linares

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